Nacer

En el profundo misterio del nacimiento, encontramos la primera danza de la vida. Un bebé, antes acunado en la seguridad de la oscuridad, siente las contracciones del cambio que se avecina. En ese momento, el dolor se convierte en un maestro, señalando el camino hacia lo desconocido. El bebé, con valentía, atraviesa el estrecho túnel hacia una nueva realidad que yace al final de ese pasaje estrecho.

Este acto de nacer es un salto cuántico, una transformación sin retorno. Un recordatorio de que la vida es un flujo constante de cambios, contracciones y expansiones. Cada experiencia, como las contracciones del parto, nos desafía a crecer y evolucionar.

Para muchos, el nacimiento se convierte en un trauma, un recuerdo de dolor y sufrimiento. Este trauma nos atrapa y nos llena de miedo ante cada nueva contracción que la vida nos presenta. Comenzamos a resistir el cambio en lugar de abrazarlo con alegría.

Hoy, tus ancestros hacen un llamado, te invitamos a recordar el coraje que mostraste al nacer. Esa valentía está dentro de ti, lista para abrazar cada cambio como una oportunidad de crecimiento y expansión. Respira profundamente y siente cómo cada inhalación es un recordatorio de tu capacidad innata para enfrentar el cambio con serenidad.

Confía en el proceso de la vida, porque al igual que en el nacimiento, cada cambio te lleva a un lugar nuevo y emocionante. Abre tu corazón a las contracciones de la vida y descubre la belleza en cada transformación. Eres un ser de luz, capaz de fluir con gracia en este río eterno de cambios. Respira y abraza la danza de la vida con amor y gratitud.