Excluidos

Hoy, tus ancestros te hacen un llamado profundo, una invitación a mirar a los excluidos de tu sistema familiar y a esa parte de ti que quizás has estado excluyendo. A veces, podemos reaccionar al rechazo despreciando a quienes nos rechazan, como una forma de protegernos, convenciéndonos de que el otro pierde más al rechazarnos. Pero cuidado, si abusas de esta actitud, corres el riesgo de aislarte, creyendo que nadie está a tu altura.

Otras veces, el rechazo puede hacerte sentir como si fueras desechable, como si no tuvieras nada valioso que ofrecer o como si tu presencia careciera de valor para nadie (nunca nada es suficiente). Los excluidos pueden ser antepasados, parientes cercanos o incluso generaciones enteras que han sido omitidas en las conversaciones familiares o que han quedado en las sombras de la historia familiar. A veces, esta exclusión puede deberse a eventos dolorosos o vergonzosos que la familia prefiere no abordar y que hoy se vislumbran en ti como esa parte de ti, de tus sentimientos, de tus emociones o de tu vida que está siendo excluida.

Hoy, tus ancestros te invitan a abrazar a esos excluidos. Reconoce que todos somos seres humanos imperfectos en un viaje de crecimiento y sanación. La aceptación y la integración son caminos hacia la plenitud y la curación.

A medida que abrazas a los excluidos, permites que la luz de la aceptación y la comprensión iluminen tu corazón y el de todo tu clan. ¡Recuerda siempre, eres parte de un tejido familiar y los excluidos también habitan allí pidiendo ser integrados! En el abrazo de tu clan, encuentras la fuerza y la pertenencia que nutren tu alma y guían tu camino hacia la plenitud.