Duelo migratorio ¿Cómo superarlo?
Publicado February 22, 2018

El Dolor Secreto de los Inmigrantes: La Verdad que Nadie Te Cuenta Sobre Emigrar
STOP.
¿Sabías que el 73% de los inmigrantes sufren en silencio lo que los psicólogos llamamos "duelo migratorio"?
Y nadie habla de esto.
Como psicóloga y mujer que ha vivido en carne propia el proceso de emigrar, necesito contarte una verdad que cambiará tu perspectiva para siempre...
La Carta que Me Rompió el Corazón (Y Por Qué Debes Leerla)
Hace años, mientras luchaba con mi propia adaptación en tierra extranjera, encontré una carta que me hizo llorar durante horas. No solo porque me sentí comprendida, sino porque reconocí mi historia en cada línea.
¿Te has preguntado por qué nadie te preparó para esto?
Aquí está la verdad brutal:
"La Carta del Inmigrante Invisible"
Somos muchos los que un día decidimos dejar nuestra casa, familia, amigos y amor para irnos a otra tierra a empezar de nuevo.
Sin ventajas. Sin enchufes. Sin apoyo.
Solo con una maleta llena de ropa inadecuada para el invierno, ilusiones desbordantes, un título enrolladito (que sigue sin homologar), el dinero reunido durante meses de indecisión...
Y por si acaso, con las groserías bien aprendidas en todos los idiomas posibles.
Para al menos saber cuándo nos estaban insultando.
PAUSA.
¿Ya sientes el nudo en la garganta? Sigue leyendo...
Muchos quisimos tirar la toalla más de una vez. Mandar al demonio al ignorante de turno. Agarrar el primer avión cuando no teníamos cerca a nadie que nos hiciera un caldo de pollo para pasar la gripe.
¿Sabes cuánto gastamos en tarjetas telefónicas, cibercafés, estampillas?
Todo lo que nos sobraba del sueldo. Solo para seguir conectados con los que se quedaron en casa o con otros desparramados por el mundo.
MOMENTO DE VERDAD:
Muchos tuvimos que auto-cantarnos el "Feliz Cumpleaños"...
Cenar solos en Navidad...
Trabajar en Año Nuevo para que el trago fuera menos amargo...
Nos perdimos los momentos importantes. Las bodas. Los nacimientos. Las graduaciones. Incluso los funerales.
Somos los eternos ausentes.
¿Y sabes qué es lo más doloroso?
Que nuestro amor, dolor, llanto, melancolía... se presupone. Como el valor en el servicio militar.
Nadie pregunta cómo estamos realmente.
La Transformación Silenciosa (Que Nadie Ve)
Pero algo mágico pasó...
Hicimos nuevos amigos. Formamos familias. Fuimos adoptados por otras.
Aprendimos a:
Hacer cola civilizadamente
No aferrarnos a la cartera como si fuera la vida
Usar hospitales públicos sin miedo
Cruzar la calle por donde se debe
Cargar moneditas sin sentirnos millonarios
Has sentido ese nudo en la garganta cuando un artista callejero toca una canción de tu tierra?
Yo sí. Y lloré como niña.
La Verdad Psicológica que Cambia Todo
Como experta en duelo , te explico lo que realmente pasa:
"Es un tipo de elaboración de la pérdida que empieza cuando emigras. Un proceso que puede culminar en éxito... o en patología."
¿Por qué nadie nos dijo esto antes?
El duelo migratorio cuestiona TODOS tus recursos de adaptación y moviliza emociones tan ambiguas que el duelo se vuelve complejo.
DATO IMPACTANTE:
A veces ocurre una "pseudointegración" - por fuera estás perfectamente adaptado, pero por dentro... hay mucho sufrimiento silencioso.
¿Te reconoces?
La Confesión Final
Después de tantísimos años fuera, tenemos esa extraña y amarga sensación de no pertenecer ni aquí, ni allá...
Pero así va la vida.
No somos millonarios por ganar en euros. No somos extranjeros por tener doble nacionalidad. No somos "sudacas" ni "latinos".
Somos un montón de gente valiente que se la jugó.
Y puso la camiseta tanto o más que en su propio país.
Somos testigos del cambio. Porque para ver la totalidad de las cosas, hay que tomar distancia.
Somos nostálgicos permanentes que añoramos el lugar donde nacimos... pero el que era cuando nos fuimos, no el de ahora.
Tu Proceso de Sanación Empieza Aquí
Si has leído hasta aquí, tu alma necesita ser sostenida.
Como psicóloga especializada en migración que ha caminado este sendero, te ofrezco lo que más necesitas:
✨ Un espacio de escucha sin juicio
✨ Acompañamiento especializado en duelo migratorio
✨ Herramientas para elaborar tus pérdidas
✨ Estrategias para potenciar tu adaptación
✨ Sanación del "estar entre dos mundos"
🌍 No Tienes Que Sufrir en Silencio
Reserva tu sesión de sanación migratoria y comienza a transformar tu experiencia de supervivencia en una historia de triunfo.
Porque mereces pertenecer... tanto aquí como allá.
¿En qué parte de la carta te reconociste? Cuéntamelo en los comentarios. Tu historia puede sanar a alguien más. 💜
La carta:
Somos muchos los que por diferentes motivos un día decidimos dejar nuestra casa, familia, amigos y amor para irnos a otra tierra a empezar de nuevo.
Sin ventajas, sin enchufes, sin apoyo, sólo con la maleta llena de trapos inadecuados para el invierno, ilusiones, un título enrolladito (que sigue enrolladito y sin homologar). Un bolsillo escaso del dinero reunido durante el proceso de indecisión, y por si acaso, con las groserías bien aprendidas en todos los idiomas posibles, para por lo menos saber cuándo nos estaban insultando.
Muchos quisimos tirar la toalla más de una vez y mandar a donde se merecía al ignorante de turno, agarrar el primer avión cuando no teníamos cerca a nadie que nos hiciera un caldo de pollo para pasar la gripe. Muchos gastamos todo lo que nos sobraba del sueldo en tarjetas, cibercafés, estampillas, y cuanto medio nos permitiera seguir en contacto con los que se quedaron en casa o con los otros que estaban desparramados por el mundo.
Muchos tuvimos que auto-cantarnos el feliz cumpleaños, cuando la realidad es que desde que éramos pequeñitos nos cantaban otros el cumpleaños, cenar solos en Navidad, trabajar en Año Nuevo para que el trago fuera menos amargo. Muchos nos perdimos los momentos importantes en la vida de nuestros seres queridos, no sólo la cotidianidad, sino esos momentos memorables. Somos los eternos ausentes en las bodas, nacimientos, graduaciones, incluso de los funerales . Nuestro amor, dolor, llanto, melancolía, es como el valor en el servicio militar, se presupone. Nos hemos convertido en facebook-twitter-skype-whatsapp- dependientes, y eso después de haber superado la era de la icq-messenger-postalelectrónica-fax-dependencia.
Hemos hecho nuevos amigos, formado una familia o hemos sido adoptados por la de otros. Nos hemos acostumbrado al frío o al calor, a que por estos lugares la gente hace cola para usar el transporte público, a caminar sin aferrarse a la cartera como si se tratara de la vida, a usar los hospitales públicos, a no dejar la luz encendida, a abrir las ventanas antes que encender el aire acondicionado, a dejar las frutas tropicales para los momentos especiales y atiborrarnos de fresas grandotas, esas que sólo comíamos en la temporada de verano. Hemos aprendido a cruzar la calle por donde se debe, conducir como se debe, bajar y subir por donde se debe, a sentarnos en el autobús o ir apretados, pero nunca colgando en la puerta, al silencio, a leer en el metro, a los parques con los columpios puestos, a la basura en los basureros, a la radio maaaaaaala y sin humor, al acento de Los Simpson, a cargar muchas moneditas en el bolsillo y reírnos solos pensando que rompimos el cochinito. Hemos aprendido a explicarle al carnicero cuál es el corte de carne que queremos para hacernos una comida, a hacer un poco de teatro para hacernos entender. Se nos ha hecho un nudo en la garganta cuando al caminar por una calle lejana un artista callejero tocó y entonó una ranchera o un vallenato de nuestra tierra. Hemos sido hormiguitas ahorradoras para organizarnos unas vacaciones en nuestra casa.
Nosotros no somos millonarios porque ganemos en dólares, euros o libras, no somos extranjeros porque tengamos doble nacionalidad, no somos sudacas, ni latinos. Somos un montón de gente que se la ha jugado… y puso la camiseta, quizá tanto como en nuestro propio país, pero con las oportunidades que allí no jugaban a nuestro favor.
Nosotros somos testigos del cambio, porque para poder ver la totalidad de las cosas, hay que tomar distancia. Somos unos nostálgicos permanentes que añoramos el lugar donde nacimos y crecimos, pero el que era cuando nos fuimos… no el de ahora y que ya no reconocemos. Nosotros somos esos con amigos en todo el mundo, somos de esos que entendieron que las fronteras solo vienen en los mapas dibujadas, que siempre tenemos visita en casa, que enviamos cosas y pedimos encargos, esos mismos que sufrimos paranoias nocturnas preguntándonos si nuestros seres queridos están en casa sanos y salvos y que aunque estemos pasando un mal momento siempre le decimos a nuestras madres que “estamos bien”. Somos de esos que cuando el teléfono suena de madrugada ya contestamos casi llorando pensando que algo ha pasado, algo nos perdimos.
Nosotros somos los que hacemos reír a nuestros nuevos amigos, los que les decimos que tienen que conocer el mejor país del mundo… pero que por favor, no vayan solos.
Nosotros somos los que dejamos nuestra tierra y nuestra casa detrás de un sueño o del miedo, la extrañamos y siempre pensamos que aunque sea viejitos vamos a regresar.
Después de tantísimos años fuera, tenemos esa extraña y amarga sensación de ahora no pertenecer ni a aquí, ni a allá… pero así va la vida y hay que disfrutarla!