Sanar al niño interior
Publicado January 18, 2016

🌟 Sanar al niño interior: el primer paso hacia una autoestima sana y una vida emocional más plena
Todos llevamos dentro al niño o la niña que fuimos. Aquel ser pequeño que soñaba, sentía intensamente, y que muchas veces no fue visto, escuchado o acompañado como necesitaba. Conectar con ese niño interior no es un acto de nostalgia, sino una puerta poderosa hacia la sanación emocional y el fortalecimiento de nuestra autoestima.
¿Por qué es tan importante cuidar al niño interior?
En nuestra infancia se originan muchas de las heridas emocionales que hoy, en la vida adulta, se manifiestan como bloqueos, miedos, inseguridades o patrones repetitivos. Si esas heridas no fueron sanadas en su momento, es probable que hoy estén actuando desde el inconsciente, como un eco del pasado que aún pide ser escuchado.
Sanar al niño interior es un acto de amor y de reparentalización: consiste en ofrecer desde el presente aquello que no pudimos recibir en el pasado.
🎭 Un ejemplo real: el niño que deseaba hacer teatro
A pesar de sus casi cincuenta años, un hombre decidió mirar hacia adentro y reencontrarse con ese niño que alguna vez fue. En una de sus visualizaciones, escuchó al pequeño susurrar: “me gustaría hacer teatro”.
Comprendió entonces que su niño interior le pedía una compensación por tantos años de invisibilidad, y al mismo tiempo, reconocía que esa era una forma amorosa de trabajar con su timidez, heredada de aquel tiempo.
También recordaba cómo, cuarenta años atrás, sus padres le repetían que el teatro “era una pérdida de tiempo”. Hoy, como adulto, decidió hacerle caso a ese deseo infantil: se inscribió en un curso de teatro amateur, cumpliendo así un anhelo postergado.
Al contactar con su niño interior, también descubrió que dentro de él habitaban muchos otros personajes.
Como decía Henry A. Murray:
“Una personalidad es una nutrida reunión de oradores y de grupos de presión, de niños, demagogos, maquiavelos, Césares y Cristos…”
En definitiva, cada uno de nosotros alberga un universo interior por descubrir.
¿Cómo comenzar a conectar con tu niño o niña interior?
Te propongo un ejercicio sencillo, pero profundamente transformador. Busca un espacio tranquilo, respira profundamente y acompáñate con suavidad. Luego, sigue los siguientes pasos:
1. Viaja a tu infancia
Piensa en ti con aproximadamente 7 u 8 años.
¿Cómo eras físicamente? ¿Cómo te vestías? ¿Cuál era tu energía, tu carácter, tu forma de mirar el mundo?
Si te cuesta visualizarlo, puedes apoyarte en fotografías de la infancia. Son una excelente herramienta para refrescar la memoria y activar recuerdos dormidos.
2. Visualiza tu habitación de la niñez
Imagina que estás en tu cuarto de entonces.
Pregúntate:
¿Qué muebles había?
¿A qué jugabas cuando estabas solo/a?
¿Cómo olía el ambiente?
¿Qué colores predominaban?
¿Cómo te sentías?
Mientras más detalles traigas a tu mente, más efectiva será la conexión.
3. Acércate a ese niño o niña
Imagina que te sientas junto a él o ella.
Pregúntale con amor:
¿Cómo te sientes?
¿Qué necesitas hoy de mí?
¿Qué deseo tuviste que no pudiste cumplir?
¿Qué te habría gustado vivir o expresar y no fue posible?
Escucha con atención, sin juzgar. Honra sus palabras y su verdad.
4. Cierra el encuentro con gratitud
Agradece lo que te ha compartido. Dile que volverás a visitarlo/a, que ya no está solo/a.
Luego, abre los ojos y escribe en un cuaderno todo lo que sentiste, viste, escuchaste o comprendiste.
💌 El compromiso contigo mismo
El primer paso de sanación comienza cuando decides darte en el presente lo que ese niño interior pidió.
Tal vez sea algo simbólico, como dibujar, bailar, cantar. Tal vez sea más profundo: poner límites, permitirse descansar, pedir ayuda, ser visto.
🌈 Cuando conectas con tu niño interior, recuperas partes olvidadas de ti. Y desde ahí, puedes comenzar a vivir con más autenticidad, amor y plenitud.
Si este ejercicio ha resonado contigo y deseas profundizar en el trabajo con tu niño interior, puedes explorar más recursos en mi blog o agendar una sesión personalizada conmigo. Te acompaño con amor en este camino de sanación emocional.
Siguiente: No hables con tu hija sobre su cuerpo
Anterior: EL HOMBRE, LA MUJER Y SU MISIÓN